Este 10 de abril, día del Paro Sindical contra
el Ajuste y la Inflación participemos ampliamente de los piquetes y levantemos el
programa de las miles de mujeres y hombres que viven de su trabajo. Contra el
ajuste, exijamos un plan de lucha nacional para pelear por un salario
mínimo igual al costo de la canasta familiar, y aumento salarial indexado contra
la inflación. Basta de despidos, suspensiones y precarización. No a los
tarifazos. No al pago de la deuda externa. Unamos por abajo lo que por
arriba se divide. Las divisiones de los burócratas sindicales que responden a
intereses políticos ajenos a los de los trabajadores (ya sea del gobierno o la
oposición patronal), no puede ser motivo para que no se exprese una acción
contundente y unitaria este 10 de abril. Demostremos en la calle que estamos
dispuestos a pelear para que esta vez la crisis la paguen los capitalistas.
Aprovechemos el paro para levantar en las
calles la absolución inmediata para los petroleros de Las Heras y el
desprocesamiento de todos los luchadores populares. La campaña en defensa de
los condenados a perpetua por la “justicia” amiga de las multinacionales que no
dudó en aplicar la tortura para obtener sus “pruebas”, crece en el país y en el
mundo sumando la adhesión de personalidades y de organizaciones de trabajadores,
estudiantiles y populares.
Contra la demonización de la juventud
empobrecida, decimos basta de mano dura, gatillo fácil y linchamientos. Trabajo
genuino para todos los jóvenes, pase a planta y fin del trabajo en negro. El
Estado debe garantizar becas, viandas y un boleto educativo gratuito.
Hay que linchar el estado capitalista que
produce la pobreza y la marginalidad. No a la lucha de pobres contra pobres.
Los trabajadores junto a los estudiantes y el millón de jóvenes sin salida
laboral en este pais, somos aliados, no enemigos! Repudiemos en todas partes el
surgimiento de esta violencia fascista que constituyen los llamados
linchamientos! En estos hechos de barbarie termina la campaña mediática de la
inseguridad que machaca a toda hora que la inseguridad es por culpa de jóvenes pobres
y marginales y no del estado y modo de producción que los crea. Nadie nace
pobre, ladrón o delincuente. Pero se nace sin posibilidades de desarrollar una
vida digna de ser humano. En mi barrio los veo caminar todos los días. Son
niños alegres y juguetones que practican todos los días la mendicidad. Y este
sector social marginado por el sistema es NUESTRO ALIADO, para luchar por otra
sociedad no basada en el robo del trabajo ajeno.
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